domingo, 31 de agosto de 2008

Vuelvo

Vuelvo entre líneas,
susurrando acertijos
de sueños no soñados,
de aventuras por descubrir.

Regreso entre los silencios
de la pausada respiración del atardecer,
buceando entre los rayos infinitos
que dibujan líneas imaginarias.

Vuelvo,
tan despacio como las nostalgias
tan silenciosa como mis lágrinas,
vuelvo para no volver más,
vuelvo para escribir un nuevo cuento.

Diosa Maldita.

Como en un cuento de hadas

Somos dos tontos
jugando al cuento de hadas
en el reino muy muy lejano,
luchando contra los dragones
que al despertar se convierten en promesas,
que nos asustan de tan solo imaginar
un futuro posible que ¡quién sabe si tendrá que llegar!

Estamos jugando al juego del azar,
sin saber si quiera si debemos o no empezar.
Asustados como niños,
entre octubres y farolas
imaginamos que éste así tenía que pasar.

Como locos arriesgamos aquello que no creímos posible
y ¡otra vez en la misma historia!,
nos vemos intentando recorres de nuevo juntos
un camino tan oscuro como el espacio sin final.

Ahora tú eres de nuevo el príncipe,
yo de nuevo la damisela en apuros.
Y entre noches silenciosas,
y pasillos sin recorrer
corre de nuevo la historia que no sabemos ni de qué ha de tratar.

Diosa Maldita.

El precipicio de mis ojos

En el precipicio de mis ojos
se aferran historias perdidas
historias sin final y sin comienzo,
se aferran las nostalgias
de las palabras sin ecos.

En el infinito de mi boca
se refugian las palabras exiliadas,
los besos que no te he dado.
Se refugian silencios infinitos
que se mezclan con el cielo
tristemente acariciados por el encierro.

En la oscuridad de mis latidos
yacen temerosos olvidos de tu ser,
esperando no morir sin ser vistos.
Yacen las heridas de partidas obligadas,
de cenizas de cartón
que ya no cuentan nada.

En el susurro de mis oídos
el viento corre sigiloso,
arrasando el mar de los infiernos.
Se sumergen incognitamente
las canciones de los días felices,
de las tardes sin final.

En el precipicio de mis ojos
se abalanzan cual suicidas
las ternuras de tus dedos,
las caricias olvidadas.
Se abalanzan sin piedad mis miedos
que se unen con el infinito de tu adios.


Diosa Maldita.

sábado, 30 de agosto de 2008

A ella le dicen

A ella le dicen china. Ella camina como si nada existiera alrededor, no mira, pero observa. Sus ojos tienen un aire perdido, como un enigma constante; uno incluso que ella no logra descubrir. Es de estatura común y de rasgos comunes, algo que la hace pasar inadvertida entre la gente. Es de las personas que no llaman la atención excepto que se esfuercen por hacerlo. Ella es apasionada como casi nadie y sincera como muy pocos. Su boca, su nariz, su forma de andar, sus silencios registrados pausadamente en la mirada (como cuando alguien analiza profundamente un objeto) son su marca registrada; son las señales de un pasado complicado.

Ella es una soñadora, casi utópica. El respeto, la sinceridad, la inteligencia y la grandeza de mente son sus pilares. Algunos dicen que la ven desaparecer de vez en cuando. Casi siempre cuando siente que la vida le trae problemas. Otros dicen que su arrogancia la lleva a un punto casi antisocial donde prefiere la soledad y los libros que las conversaciones banales, tan naturales entre los de su tipo.

Ella ríe, llora, grita, salta, corre. Hace todo y nada a la vez, hace todo pero lo hace como quiere. Ella es como quiere ser, las corrientes, las modas, los rumores del mundo le importan tan poco como puede importarle a un recién nacido las matemáticas.

La literatura, la poesía y la fotografía son sus pasiones. Pero ¿el periodismo?, el periodismo es su todo, es su vida, es su fuente de energía. Cuando le preguntan el porqué ella responde con altiva claridad “porque sino ¿qué más sería?”. Así es ella, tan clara como el agua y tan perturbante como el eterno cielo gris de lima en invierno. Así es ella, así soy yo.
Diosa Maldita

miércoles, 27 de agosto de 2008

Silencios agotados

Llevo años guardando silencios,
guardando melodías vacías,
llevo años buscando libretas rotas,
llevo años buscando el ruido del recuerdo.

Llevo años buscandome.
Diosa Maldita.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Un texto para un silencio

Mientras me muevo silenciosamente entre las penumbras de mi habitación, se escuchan pasar palabras surrantes, totalmente acongojadas por la soledad. Me detengo pensando en las finas líneas de los papeles que he perdido sin memoria alguna. Me detengo, pienso, añoro. De pronto un pequeño rayo de luz entra amenzante. Se abre paso entre libros, papeles dispersos, ideas rotas en el suelo. Me cubro los ojos esperando no ser capturada por la luz misteriosa y maliciosa que desea poseer cada centímetro de mi. Encontes el zumbido del viento se une a la batalla. Entra velozmente, sin miedo, sin si quiera cierto recato o respeto por los seres ocultos. Zumba una y otra vez, silba y se manifiesta. Vuelvo a voltear. Los segundos se paralizan junto con mi corazón. Estoy perdiendo la batalla me digo a mi misma. Los recuerdos, las nostalgias, los llandos, los silencios, todo ha sido ya apresado por la luz amnezante y por el zumbido inesperado. Abro los ojos, una vez más es hora de levantarse. A seguir luchando gritan a coro los guardines de mi existencia. Me levanto, camino hacia la puerta. Una vez más, un día más por el cual caminar.

Diosa Maldita.

domingo, 17 de agosto de 2008

Nada más que darte.

No tengo más para darte
que dos estrellas en el universo,
que un infierno sin llamas,
que media gota de lluvia en tu cama.

Solo tengo dos rayos de luna
disfrazados de sonrisas.
No tengo más que
media pena enfurecida.

Tal vez pueda darte
medio horizonte dibujado en un papel,
o unas cuantas cicatrices
de un pasado que quizás olvidé.

No tengo otra cosa
que unos pedacitos de alma
escondidos en mi cajón de gala,
que dos segundos de silencio entre las palabras.

Solo tengo un tatuaje de mentiras
que podrías usar de amuleto.
No tengo más para darte
que una frustración sin recelos.

Tengo para regalarte
los papeles que el tiempo no me dejó manchar,
y, si es que la encuentro,
una nostalgia que te haga triunfar.

No tengo más que cinco lágrimas
que si decides serán tuyas por la noche,
solo tengo mis pecados en la mirada,
solo tengo dos stikers que los cambié por tu utopia.


Diosa Maldita.

Un día ventitrés

Desperté y era veintitres,
las nubes se aglomeraron
desiertas de sueños o esperanzas
frente a un pequeño pueblo
llamado libertad.

La semana comenzó,
temblorosa y entre engaños
a caminar lentamente
por las calles del adios.

Entre el sol y una luna llena
pasearon día tras día
los espacios en blanco
de las historias no escritas.

Me dormí, una vez más,
con el agazapo de la oscuridad
entre un hola y un adios
se durmió junto a mi, para siempre, lo eterno.


Diosa Maldita.

Vuelvo

Vuelvo entre líneas,
susurrando acertijos
de sueños no soñados..
de aventuras por descubrir.

Regreso entre los silencios
de la pausada respiración del atardecer
buceando entre rayos infinitos
que dibujan lineas imaginarias.

Vuelvo,
tan despacio como las nostalgias
tan silenciosa como mis lágrimas,
vuelvo para no volver más
vuelvo para escribir un nuevo cuento.


Diosa Maldita.

Paso desapercibida


Entre lunas y niebla pasan las horas
esperando que las capture al paso
como se capturan pequeñas miradas al caminar.

Como destellos de una vida
se pasan sin ser vistos mis pensamientos
tan confusos y tan oscuros....

Paseo entre las murallas de una jaula
que tiene mi nombre escrito
entre murallas de los silencios
acurrucados en la sentencia final llamada vida.

Y mientras todo pasa y no escribo mas
se olvidan las palabras en mi cabeza
como me olvido yo misma de mi
como los dias se olvidan sin remordimiento.


Diosa Maldita.

Algo..

El silencio se cuela en madrugadas distantes,
sostenido por la distancia perturbante
que se queja de nosotros dos
que se queja de las miradas perdidas...

Nos dicen que vivimos de recuerdos
¿de recuerdos? no, del amor... sí
nos dice la distancia queno podremos contra ella
y cuando mi corazon deja de palpitar
escucho tu voz susurandome que todo es posible....
que el amor lo puede todo.

Y estamos perdidos en un universo fatal
en una lúgubre caverna de sueños
acurrucados como niños en un rincón.

Entonces te miro y te recuerdo en cada instante
entonces la distancia no puede nada
no puede romper el amor que nos tenemos.

Y esto que comenzo como poesia
termina siendo nada,
termina siendo solo la lagrima que derramamospor estar lejos...
y termina siendo la sonrisa que tenemos
cuando cerramos los ojos y pensamos...5 años no son nada.

Diosa Maldita

Recuerdo

En profundos vacíos entre los renglones de mi vida
recuerdo constantemente aquellas tardes
en que lo naranja, rojo y morado se combinaban
mientras el sol rozaba mis ojos.

Y en cada recuerdo, en cada segundo aislado
los vacíos se hacen inmensos,
los silencios se vuelven eternos.

De pronto estoy nuevamente sumida en mi almohada
esperando no despertar nunca,
esperando magnificar cada detalle perfecto de ti
cada centímero olvidado de mi.

Pero despierto, miro por la ventana añeja de mi habitación
esperando ver un cielo gris
y allí esta de nuevo, el naranja, rojo y morado
muriendo otra vez,
rozando mis recuerdos, rozandome los ojos.

Diosa Maldita.

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