jueves, 30 de octubre de 2008

Sueño dibujado

Mientras lo ojos se me cierran por el cansancio,
mi mente se pone en blanco,
y como si fuera una caricatura
van a pareciendo dibujados tus ojos,
tus labios, tus rasgos finamente dibujados.

Abro lo ojos y no estás más,
abro los ojos y comprendo que te soñé dibujado,
dibujado aún en mi vida,
dibujado en mis pensamientos.

Diosa Maldita

3 comentarios:

Don Vitto Corleone dijo...

Mi corazón se hace agua cada vez que me dejas a la deriva. El océano
se hace inmenso y me siento perdido. Vas y vienes con la espuma,
subes y bajas con la marea pero al final regresas a mí.
Enredándote en mi cabello con la brisa, deslizándote por mi piel con
tus manos de olas, besos de agua, cortina de burbujas que se
disuelven hasta mostrarme tus ojos que solo miran lo que tienen
frente a ellos, justo como en esa noche casi al final del verano.
Me gustaba esa sensación de adormecimiento, como dejar de sentir,
como dejar de pensar, olvidar la realidad y dejarme llevar por la
música que truena agradablemente en mis oídos.
En medio de un estado de inconciencia unos ojos se estrellaban
contra los míos, me contemplaban y lo pude sentir.
Determinar el tiempo que ese momento duró me resulta imposible pero
fue suficiente como para recordarlo hasta hoy y en el futuro. Accedí
a seguirlo entre el humo y rayos de luz para perdernos. Escuchando
la misma música, siguiendo el mismo ritmo, juntando las manos, los
labios. La realidad se disolvía mezclándose con mi imaginación
resultando un daiquiri que paseaba por mi cabeza. La realidad se
había ido a dormir con resaca y la inconsciencia tomaba su lugar.
Al siguiente segundo la conciencia despertó y él me perdió esa
noche. Dejé que me perdiera.
Especulaciones, dudas, razonamientos, arrepentimientos y recuentos.
Curiosidad.
Cansado de buscar, cansado de empezar, cansado de terminar, cansado
de soportar, cansado de retornos, cansado de esperar; élla me encontró.
Y aquí está la parte en que te digo lo que sentía esos días cuando
era imposible vislumbrar el futuro, cuando todo era borroso entre
los dos, cuando lo incierto nos gobernaba. Miedo, tenía miedo, yo
que me jacto de tenerle miedo a pocas cosas, agarre mis armas
construí un muro que no pudieras pasar y me puse a la defensiva.
Dicen que la curiosidad mató al gato, pues este gato siguió su
curiosidad y ahora puede contar esta historia.
Al mar, siempre al mar. Con la velocidad con que la pista pasaba
debajo del auto, todo el miedo quedaba atrás.
Esta noche la magia no existe. La luna está por la mitad. Al igual
que estas palabras que no saben como acabar.
El tiempo pierde su peso al estar presentes, irrelevante en su
totalidad, efímero y trivial, todo lo contrario al estar solo. La
tierra se seca, el sol calcina y el suelo se vuelve inestable.
Cinco años pierden valor, equivalen a nada, carecen de importancia
al igual que siete días, quince o más. Mi corazón que permanecía
congelado por tres años despertó con unos labios bajo el agua, me
das de respirar tu aire, vuelvo a sentir emociones perdidas,
realizar ilusiones y concretar sueños.
Acelera, acelera, siempre al oeste, hacia el sol, hacia donde se
apaga, hasta que se apaga.
Escribo sobre tu piel, dibujo tu nombre y lo firmo, sello con mis
labios. Una promesa de continuar con la caligrafía que espera, un
pincel remojando en tinta que ansía su papel viviente, una escritura
que quiere vivir en tu cuerpo para siempre. Al empezar la soledad mis pies vagan al borde del acantilado, jugueteando con el vacío, sabe sus pasos y donde pisar. Al pasar el
tiempo se detienen y comienzan a balancearse hacia delante y atrás.
A media soledad, cierro los ojos para sentir el viento que me mece
según su dirección. Luego, dejo de sentir la diferencia entre el
suelo y el abismo, mientras el vacío se siente por dentro y el
viento lleva mi pelo hacia arriba, o es atrás? Ya no lo distingo
hasta chocar contra agua salada. Se cuela por mi nariz, llena mis
pulmones comienzo a descender mientras las burbujas desaparecen.
Nada, no siento nada, así se siente, cada vez más lento hasta casi
detenerse.
Hasta que la soledad llega a su fin. Llegas con la marea que me hace
flotar y me devuelves a la orilla, me das de respirar con tus labios
y abres mis ojos una vez más. El sol se apaga y la luna se llena,
hago llover y destrozo los relojes, dueños del tiempo nos apoderamos
de la eternidad que solo dura un par de días, que no alcanzan, que
no quieren pasar, nuestros para siempre hasta que las olas te lleven
otra vez.
Aquí estoy adormecido con los ojos cerrados aproximándome al fondo
del mar, con la última partícula de aire a punto de abandonar mi
cuerpo, inmóvil con ansiedad y esperanza en el corazón. El final de
la soledad.
La marea vuelve a mí.

Anónimo dijo...

Brother, mejor consíguete un blog y escribe :S....

Don Vitto Corleone dijo...

jajajaja puede ser...

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